Crónica de una muerte anunciada. Hace diez años la Autoridad Portuaria dragó parte de la Ensenada de Llodero, quitado una protección lateral que evitaba la erosión en la zona; desde entonces la vegetación halófila está desapareciendo por la llegada de piedras que trae la marea y la erosión. En todo este tiempo avisamos muchas veces al Puerto y a la Consejería de Medio Ambiente de lo que estaba ocurriendo, pero pasan de todo. Ya comentamos en este blog que tras esa desastrosa obra en el Monumento Natural sólo quedaba un ejemplar de la Sosa de las marismas Sarcocornia perennis (especie protegida en Asturies), en mal estado. Pues ahora, los temporales de este otoño la arrasaron y ya no queda ninguna en todo el Monumento. Este es un nuevo delito a sumar a la larga lista que tiene la Autoridad Portuaria, con el beneplácito de la Consejería.
Y es que la fuerza del mar está socavando las rocas de la punta La Llera (ver foto), moviendo parte de las piedras que cubrieron el antiguo suelo de la marisma (ver foto), y acabando con lo poco que queda de la vegetación halófila (ver foto). En la imagen se puede ver como quedan unas pocas matas de la resistente Halimione portulacoides, y las hierbas de Elimus farctus que son empujadas al depósito de arena que se forma a sotavento del pedrero. Un absoluto desastre.
Cambiando a cosas más agradables, hace varios días que el compañero Fran Baena ya observo la llegada de los primeros correlimos oscuros invernantes en la bocana (ver fotos).
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