La mayor parte de esta semana estuvo marcada por el ambiente primaveral, con buenas temperaturas y varios pájaros cantando (verdecillo, estornino negro, petirrojo). Además, aún 1 Sympetrum volaba por la charca de Zeluán (es la primera vez que veo una libélula en enero). Pero ayer el tiempo dio un giro de 180 º. De momento no entraron aves huyendo del frío de latitudes más norteñas, aunque esperamos que esto ocurra los próximos días.
El compañero José Ángel censó ayer un buen bando de 13 ánades frisos, el número de escribanos soteños subió a la docena, y ayer llegó un visitante inesperado (ver fotos). De lejos no era más que un punto blanco orillado. Juan Carlos Marín y sus amigos pensaban que lógicamente era un plástico. Preferí acercarme, porque el día anterior la guardería recibió una llamada por un pato doméstico que no volaba en Zeluán y pensé que podría ser su cadáver. Cuando me acerqué confirmé que era un bicho. Más cerca me sorprendió que aún respiraba, pero no le veía la cabeza, por lo que supuse la tenía bajo el ala. Cuando estaba a su lado aluciné al ver que era un alcatraz. De un ala salía un sedal. Me puse a su lado para intentar quitarle el anzuelo. Antes de nada, como no se movía, aprovechando que llovía y llevaba paraguas, le moví un poco y entonces sacó la cabeza. Estos bichos suelen mostrar un comportamiento defensivo activo (agresivo para muchos). Con el paraguas de parapeto ante su pico, le agarré el ala y quité el anzuelo. Constaté lo débil que estaba y las pocas ganas que tenía de moverse. Cuando le solté el ala, se arrastró al agua, para volver a posarse enseguida y echarse a dormir. Lo más lógico hubiese sido recogerlo y llamar al 112, pero me dio mucha pena porque lo único que quería era descansar. Me dije que volvería mañana a ver si seguía allí, estaba su cadáver o habría marchao. Por suerte hoy no estaba.
Otra historia truculenta de la semana fue la observación de la más dura pelea de zarapitos reales que había visto. Por la zona andan 3 machos y 1 hembra. Llevaban toda la mañana haciendo amagos de enfrentamiento entre 1 macho adulto (primera foto) y 1 macho joven (segunda foto; éste curiosamente era mayor que el adulto; ver fotos). Hasta que llegó el momento en que se agarraron. Si tuviesen dientes habría corrido la sangre. Se mordían y no se soltaban. Tras un buen rato enzarzaos, el joven huyó. El adulto quedó mucho rato chillando y reivindicando su posición y terreno. Al poco llegó el otro adulto (tercera foto), que a pesar de ser aún más pequeño, también echó al joven del posadero en pleamar en La Llera, y este pobre paria tuvo que exiliarse al pedrero cercano a Alcoa. Me temo que esto ya debió ocurrir más veces, pues desde hace días que ya veía al joven descansar apartao allí.
Por la zona siguen las alcas (ver foto de joven). También 1 martina, pero no es la joven de últimamente, sino una de 2º invierno, como nos confirmó el Willi, ya que tiene gris en los tarsos y dedos (ver foto).
Siguen juntinos los 2 zarapitos trinadores. El joven ya tiene nuevas casi todas las terciarias, por lo que ahora para datarlo hay que fijarse en el diseño de las escapulares y cobertoras alares (es el de la derecha de la imagen).
Fran nos envía la foto de un cormorán moñudo. No podemos conocer su edad por esa imagen, pues puede ser tanto un segundo invierno (tendría algo de pardo en la panza) como un adulto. La pequeña cresta que luce quizás indique que sea un 2º inv.
Esta semana hubo una reunión informativa de una empresa que quiere instalarse justo al lado de la charca de Zeluán (LVA, LNE). Los ecologistas nos oponemos, pero la batalla no está decidida.
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