A pesar de que la garcilla bueyera hace más de diez años que invadió el Cantábrico (tras una suelta indiscriminada del zoo de Santillana) y que lleva varios años siendo residente en la Ría de La Villa, en la Ría de Avilés es rara. Sin embargo, parece que este año se está haciendo más frecuente: hoy apareció un nuevo ejemplar (ver foto).
Y también cambiando su estatus aquí, está el somormujo lavanco. Hace una semana que apareció el primero del otoño (ad. inv.; ver foto). No sabemos su origen, pero es probable que provenga de la población reproductora del cercano embalse de La Granda.
Otra novedad esta mañana fue la llegada de un ostrero jov. (ver foto).
Entre las gaviotas presentes, relocalicé la patiamarilla murciana que vio el colega Pedro J. hace un par de meses, y que había cruzado en línea recta la península ibérica (ver foto).
Como caso desgraciao, estaba una de esas patiamarillas accidentadas en algún vertedero, con un alambre que le salía del pecho (señalado con una flecha roja en la foto).
Anecdótico fue el cormorán grande canoso (ver fotos; en una de ellas está con un ad. de la raza Ph. c. sinensis).
La semana pasada había en la charca de Zeluán una mantis verde (normal en estas fechas) y hoy en San Balandrán había una parda (este color es más raro que el anterior; ver foto). Suelen ser hembras que buscan lugares para poner los huevos.
P´acabar, una nota de prensa de hace días: LVA.
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