Estos días se nota el paso de cormoranes grandes, ya no en su número, sino en la proporción subespecífica: entraron muchos de la raza Ph.c.carbo. Además, este año debió haber una buena reproducción en el norte, pues por la ría hay más juveniles que nunca.

De limícolas la cosa ya flojea mucho: hay poco movimiento, como 1 correlimos menudo que entró en la charca (ver foto). Permanecen las agujas colipintas y pocos más (ver foto).

Lo que sí aumentó fue la migración de las mantis religiosas, como todos los años por estas fechas: Dani nos envía una foto de una parda de hace dos días, y seguida va una foto de una verde de ayer.

También llegaron más garcetas comunes (11 ex.), pero sólo se reunen todas cuando van al dormidero de la charca (ver foto). Una conducta muy conocida de esta especie es su oportunismo frente a otras especies pescadoras. Ayer pude presenciar una escena típica que pocas veces vi en la ría: un grupo de cormoranes acorralaban a un cardumen cerca de La Llera y las garcetas se volvían locas intentando atrapar algunos de los pececillos (ver video).

De pajarinos, llegó la primera lavandera cascadeña invernante a la charca de Zeluán. Y en un campo cercano a la bocana de la ría, vi un impresionante bando de 46 tórtolas turcas (no conozco concentraciones así en Asturies, salvo las del Musel). Además, presencié algo inédito: ¡una hembra! de Curruca Cabecinegra estaba cantando (pocas hembras de paseriformes cantan) con dos machos adultos al lado que ni se inmutaban. Existe tolerancia entre machos después de la cría, pero esta situación me parece rarísima. ¿Quedarían tan perplejos como yo?