Los archibebes claros invernantes van aumentando año tras año, pero también
llegan más pronto que nunca: a mediados de julio ya teníamos la docena, similar
número al que invernó el año pasao; son adultos y creemos que son las mismas
aves.
Ya tenemos por aquí juveniles de muchas especies: archibebe común, zarapito
trinador (ver foto), chorlitejo
grande, correlimos común (ver foto), andarríos
chico, gaviotas, etc. Y por supuesto que también hay limícolas adultos (ver
foto de chorlitejo grande).
La pareja de gaviones sigue por la zona, por lo que tampoco parece que este
año hayan criao.
La charca de Zeluán está casi seca, como refleja la escasez de lluvias de
los últimos meses, y la inoperancia de la Administración regional por liberar
el tubo que la conecta con la ría.
Una buena noticia: la empresa Tadarsa (que compró Idersa) ya no hará las
naves industriales al lado de Zeluán. Ahora hará una menor infraestructura
pegada al puerto. En una primera reunión con ellos, sólo tenemos un escollo que
salvar: la permanencia de la última población de salicornias de la ría
avilesina (ver foto). En esa charca acaba de colonizar Limonium binervosum (ver foto). Esperemos que la relación con estos
empresarios llegue a buen puerto y consigamos salvar este penúltimo reducto de
flora halófila.
En la duna de Zeluán florecen otras especies halófilas, como Cakile maritima (ver foto).
Molestias: aumentan los puestos de pesca nocturnos (ver foto) y los
veraneantes espantan a las aves, aún
sabiendo que la zona de Zeluán está protegida
para el descanso de las aves.
La laguna de la cantera del Estrellín no sólo la desecaron sino que ahora
la están rellenando (ver foto). Otro posible humedal que desaparece.