La
sensibilidad ambiental se muestra en pequeños actos, y la falta también. Hace
unos días que la Administración eliminó un
ejemplo de la supervivencia en el estuario avilesino: el olmo del puente de San
Sebastián (ver foto). La mayoría de los olmos sucumben ante la pandemia de la
grafiosis, pero algunos ejemplares, sobre todo en la margen derecha de nuestro
estuario, resisten al hongo. Un ejemplo fue la semilla que hace años cayó justo
debajo de dicho puente. Primero creció en el lado SE., pero cuando despuntaba,
lo talaron. De su raíz volvió a crecer, esta vez del lado NO. Con el escaso
suelo que tenía, crecía muy despacio, pero ya superaba la valla del puente. Era
un ejemplo que mostrábamos a todos los participantes de las rutas guiadas que
hacíamos por la cola del estuario. Pero la desidia, incultura, insensibilidad
de nuestros gestores da vergüenza ajena. Debería ser delito ambiental acabar
con un monumento natural como éste.
Centrándonos en las aves, Josluga
registró una nueva avoceta (ver foto suya).
El mismo observador informa que
la gaviota enferma que vio la pasada semana
acabó muriendo (ver foto suya).
Llegan limícolas pequeños: chorlitejos
grandes (vemos el 1º juvenil de la temporada), correlimos comunes (adultos) y
andarríos chicos (adultos; ver fotos de Mauricio).
Siguen pasando en buen número
gaviotas cabecinegras con las reidoras (ver foto de Mauricio).
Imágenes de acuáticas por el
estuario (de Mauricio y una de Josluga): cormorán moñudo, garceta común, chorlitejo grande, zarapito trinador, archibebe claro, andarríos chico, gaviotas reidora y cabecinegra.
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