Continúa el “buen tiempo”. Llegó
1 chorlito gris adulto (ver foto). A pesar de las obras del dique de la
bocana,
Fran registra los 2 primeros correlimos oscuros de la temporada.
Siguen los mismos bichos, como el
colimbo (ver imagen testimonial), la gaviota argéntea “mejillonera” (ver foto), un enorme gavión (mayor que los cormoranes, ver foto), un zarapito de cada especie (ver foto de Trinador), un bandín de
chorlitejos grandes (ver fotos). Por cierto, creemos que los adultos de este
chorlitejo pueden ser los mismos de los últimos años, debido a la proporción de
edades y sexos (ver fotos) y a las zonas que utilizan preferentemente.
De pajarinos, en la bocana Fran ve un buen bando de 62
pinzones.
El colaborador Ricardo, vecino de
Laviana, realiza hoy una observación curiosa: una larva de luciérnaga subiendo
por la pared de su casa (ver foto de Rico).
Problemas en la zona: contaminación:
LVA,
LNE,
AST.
La erosión de la duna de San Balandrán dejó al descubierto un vertedero ilegal (ver fotos), quizás del bar
que hubo sobre esta duna hace más de dos décadas.
Otro grave problema comenzó la
pasada semana: el dragado de buena parte de la ría, incluyendo la orilla del
Monumento Natural:
LVA1,
LVA2,
LVA3,
LVA4,
LNE1,
LNE2,
LNE3,
LNE4.
Hemos difundido el siguiente texto:
Ante la noticia de que la
Autoridad Portuaria plantea actuaciones en las dunas de San Balandrán y Zeluán,
supuestamente “medidas cautelares ambientales que minimicen, más aún, las
posibles afecciones y molestias que pudiera causar la ejecución de dicha
obra", desde el G.O. Mavea queremos hacer constar una serie de
preocupaciones.
La historia del Puerto de Avilés
va ligada a la destrucción sistemática del estuario, para convertirlo en un
canal sin espacios marismeños. Sólo se consiguió salvar la ensenada de Llodero
debido a su protección tras catalogarla como Monumento Natural; un trozo de la
ensenada está de momento fuera del espacio protegido por una concesión
portuaria, que podría revertirse ya sin problemas.
Cada actuación que realiza la APA
supone una grave afección ambiental, normalmente sin medidas compensatorias ni
mejora de espacios, como ocurrió recientemente con la destrucción de la marisma
de Recastrón. Sólo en el dragado de la Curva de Pachico del año 2000 realizaron
medidas de mejora ambiental debido a las presiones ecologistas. Pero ni aún así
resultaron satisfactorias, pues supusieron una grave degradación ambiental en
la ensenada de Llodero, al destruir gran parte del hábitat de las plantas
halófilas, por lo que desaparecieron las comunidades de salicornias y acelgas
saladas, esta última especie protegida por la legislación comunitaria
(ilegalidad que quedó impune con la complacencia de la Consejería de Medio
Ambiente).
Es importante señalar que desde
la Autoridad Portuaria se defendía que no hacían falta medidas especiales
porque no afectarían a las dunas ni a la integridad de la ensenada. De la misma
manera defendía que no podía verter el material extraído libremente en el mar.
Tal como ya expusimos en nuestras
alegaciones al proyecto:
La Directiva 92/43 CEE (directiva hábitats) establece que, en
el caso de que un proyecto afecte a la integridad de un lugar incluido en la
Red Natura 2000, las autoridades están obligadas a no aprobarlo.
En este caso, la propia Memoria
Ambiental del documento inicial presentado indica que es posible que una de las
consecuencias de la realización del proyecto es el desmoronamiento de las dunas
de San Balandrán, incluidas en el LIC Cabo Busto-Luanco, y que presenta un
hábitat prioritario según el anexo I de las directivas 92/43 y 97/62 CEE: 2130
* Dunas costeras fijas con vegetación herbácea (dunas grises).
El caso es que desde el
ministerio se ha dado el visto bueno al proyecto y veremos cómo nuevamente la
actividad portuaria va a degradar más aún lo poco que queda del estuario.
La fuerte modificación del talud
resultante de la actuación de dragado tendrá un efecto muy grave, como ya
ocurriera en el dragado del año 2000; todos los estudios técnicos garantizaban
la estabilidad del terreno, pero la realidad fue que supuso la erosión y
desaparición de más de un tercio del pedrero de La Llera, así como buena parte
de la duna de San Balandrán.
Dicen desde la Autoridad Portuaria que
"debido a los numerosos espacios protegidos que rodean al Puerto y al
compromiso de la Autoridad Portuaria con el medio ambiente…” Nada más lejos de
la realidad. Las actuaciones previstas no son más que parte de su obligación para
la preservación de la integridad del espacio natural protegido (cosa que no se
va a cumplir) y un “lavado de cara” con la actuación en las dunas.
La actuación que proponen en esta
duna es un despropósito: pretenden eliminar la vegetación existente, la gran mayoría
autóctona y propia de las etapas de sucesión de dunas terciarias. Además, parte
de esta vegetación fue plantada por la misma Autoridad Portuaria en las obras
compensatorias del año 2000. Se dice que eliminarán la capa superior del suelo
orgánico e introducirán arena limpia. Esto es un despropósito inaceptable, pues
destruirán todas las comunidades de microorganismos, animales y plantas que
crean ese suelo. Hay muy pocas plantas introducidas en esa duna (por ej.,
pinos) y para eliminarlas no hace falta arrasar con todo.
Dicen que quieren plantar
especies propias de dunas secundarias, porque afirman que la plantación de
barrón del año 2000 no tuvo éxito al no ocupar toda la duna. Precisamente el
barrón sí tuvo éxito pero sólo en una pequeña zona marginal de la duna, debido
a que la duna es terciaria, no secundaria, con todo lo que significa
para las poblaciones vegetales que viven allí. Si hubiesen hecho un seguimiento
de la obra del año 2000, cuando eliminaron toda la vegetación de la duna,
verían qué especies colonizaron la zona: las propias de dunas terciarias. Dunas
secundarias son las que se desarrollan a lo largo de toda la playa de Zeluán,
con una vegetación bien diferente a la de San Balandrán.
A la postre, la actuación va a
suponer la facilitación para que la actividad humana degrade aún más el estado
de la zona dunar, ya que al eliminar los tojos, zarzaparrillas y otras plantas,
se va a facilitar el pisoteo, como sucede en el borde de la duna que da a la
playa de San Balandrán.
Se quiere crear una duna frente
al pueblo de Zeluán para evitar los temporales, el Grupu d´Ornitoloxía Mavea
siempre se mostró favorable a esa idea cuando estuviese bien analizada, pero
nadie nos ha pasado información. Esa duna debe tener la misma granulometría
para aumentar las posibilidades de estabilidad y no debe ser únicamente
embrionaria, sino debe crearse una secundaria, para intentar evitar los efectos
de los temporales (una marejada arrasaría una embrionaria por su tamaño y
escasa estabilidad).
Por todo lo expuesto, el Grupu
d´Ornitoloxía Mavea considera que nos enfrentamos a dos problemas en uno:
- por un lado el deterioro de la
duna de San Balandrán y de la punta La Llera por el efecto de las obras de
aumento de calado y,
- por otro lado, las supuestas obras de mejora ambiental que serán
en realidad muy perjudiciales para el Monumento Natural de la charca de Zeluán
y ensenada de Llodero.
Y así se lo comunicamos a la Consejería de
Medio Ambiente, por lo que esperamos que las autoridades competentes paralicen este
despropósito.