Las heladas de estos días dejan guapas estampas, como la pasarela al observatorio de San Balandrán blanca (ver foto de Iván Pallarés).
De bichos, ayer varios de Mavea pudimos disfrutar de 4 garcillas bueyeras en la Ensenada de Llodero (ver foto de Iván Pallarés).
Esta mañana reapareció la gaviota de Delaware que vimos hace varias semanas por la cola de la ría (ver foto).
Llegó un nuevo zarapito real. Viendo la imagen adjunta no hay duda de su sexo.
Como es normal por estas fechas, aparece un cormorán grande ya en plumaje nupcial (ver foto). Tras unos primeros vistazos parecía de la subespecie Ph.c. carbo (ver foto), pero observándolo más rato con mejor postura, el ángulo gular cae entorno a los 70º (ver foto), zona de incertidumbre entre ambas subespecies, por lo que no lo podemos identificar racialmente. Otros cormoranes ofrecieron una escena curiosa: 2 de la raza Ph.c. carbo manifestaron posturas de celo durante bastante rato (ver foto y video aquí). Iván Pallarés nos envía foto de una gaviota patiamarilla anillada en Murcia y que andaba ayer por la Ensenada de Llodero.De pajarinos, veo el primer zorzal común de la temporada en Zeluán (qué escasos son este año). Y dos citas más interesantes en la vecina península de Nieva: 1 torcecuello (con muy pocas citas en invierno en Asturies) y 1 cárabo a pleno día (1ª cita en esa zona).
Hoy comenzamos nuestra actividad divulgadora navideña: LVA1, LVA2. A los primeros talleres vinieron un buen número de niños, coordinados por nuestro Secre David "tridi" (ver foto). Cambiando de tema, el pasado sábado un periódico regional publicó una extensa entrevista con nuestro camarada y amigo Dani (ver entrevista aquí). Nos pasa una foto de cuando nos conocimos en Zeluán: él tenía 7 años y su padre contactó con el compañero Juancar y con el que escribe para que le acompañásemos en el campo, pues era tal el afán ornitológico de aquel niño que sus padres no sabían donde Dani podría aprender más (los dinosaurios ya le quedaban pequeños). El primer día alucinamos al comprobar como aquel güaje diferenciaba un correlimos zarapitín enmedio de un bando de comunes en pleno vuelo. Pero su marchamo de calidad ornitológico lo consiguió cuando dos años después encontró y distinguió un collalba desértica frente a su casa. Los ornitólogos no le creían hasta que vieron al bicho con sus propios ojos. Y así, en pocos años, aquel chaval nos dio mil vueltas a todos en identificación. Cuando empezó a viajar por el mundo, su leyenda fue haciéndose nacional e internacional, hasta que actualmente, con sólo 24 años, es la persona de referencia en España para identificación de aves raras (y también las comunes, claro). Ay cuando su padre nos decía que aquella obsesión por la aves parecía que le iba a más, y nosotros le repondíamos "tranquilo, que cuando llegue a la adolescencia ya cambiará y tendrá otros objetivos". Que equivocaos estábamos :-)Es un privilegio haber visto crecer a uno de los mejores ornitólogos que ha dado este país, no sólo como observador, sino como magnífica persona.